Tutankamón, llamado en
vida Tutankhaten, fue un faraón perteneciente a la dinastía XVIII de Egipto,
que reinó de 1336 a. C. a 1327 a. C. Su nombre original, Tut-anj-Atón,
significa «imagen viva de Atón», mientras que Tut-anj-Amón significa «imagen
viva de Amón». Es posible que Tutankamón sea el rey Nibhurrereya de las cartas
de Amarna, y probablemente el monarca denominado Ratotis, Ratos o Atoris, que
reinó durante diez años, según los posteriores epítomes de la obra de Manetón.
Si bien formalmente se
define que la Dinastía XVIII finaliza con el reinado de Horemheb, se puede
afirmar con un alto grado de certeza que el joven Tutankamón fue el último
faraón de sangre real de la dinastía. Ascendió al trono después del periodo de
Amarna y devolvió a los sacerdotes de Amón la influencia y el poder que habían
poseído antes de la revolución religiosa y política de Akenatón. Durante su
corto reinado se creía que el poder estuvo en manos de Ay y Horemheb, en el
cual Ay administraba Egipto y Horemheb el manejo del ejército, pero en los
últimos años, según las investigaciones de especialistas y arqueólogos, se ha
puesto en escena a un joven faraón mucho más independiente e influyente de lo
pensado anteriormente.
Su reinado se caracterizó
por un retorno a la normalidad en el plano socio-religioso después del
interludio protagonizado por el monoteísmo de Akenatón. Dicho retorno fue
paulatino, restaurando el culto y arquitectura de los templos abandonados
pertenecientes a dioses como Amón, Osiris o Ptah, colocando en funciones a la
casta sacerdotal y permitiendo la celebración de los ritos pertinentes. En el
plano artístico, los cánones inaugurados bajo la égida de Amarna seguirían
fluyendo hasta fundirse con los patrones tradicionales del arte egipcio. En las
imágenes oficiales, la imagen del joven rey sería enfatizada constantemente junto
a su Gran Esposa Real conjugando la herencia visual de Amarna (las imágenes de
intimidad familiar de la pareja real visibles en tronos, sillas, cofres, etc.,
encontrados en la tumba real) con el mensaje político oficial de continuidad de
la dinastía, claramente visible por la profusión de imágenes de Anjesenamón.
Tutankamón fue un faraón
notable en la restauración y armonización del Egipto posterior al periodo
Amarna, pero debido a su corto reinado y la usurpación de sus pocos monumentos
por parte de faraones de la XIX dinastía, no fue conocido en épocas antiguas.
El tamaño relativamente pequeño de su tumba (KV62) sedimentada a través de los
años fue la razón de que no fuera descubierta hasta el siglo XX, cuando Howard
Carter la encontró intacta en 1922. Su descubrimiento y los tesoros encontrados
en ella tuvieron cobertura mundial en la prensa y renovaron el interés del
público por el Antiguo Egipto, convirtiéndose la máscara funeraria del faraón
en la imagen más popular. El hallazgo de su tumba, casi intacta, fue un aporte
fundamental para la comprensión de la historia y cultura egipcias. Posibilitó
sacar a la luz una cantidad apreciable de joyas, muebles, armas y variados
utensilios, permitiendo esto ampliar el conocimiento de esta civilización.
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