lunes, 4 de mayo de 2015

Joachim Napoléon Murat

Joaquín Napoleón o Joachim Napoléon Murat (Labastide-Fortunière, 25 de marzo de 1767 - Pizzo, 13 de octubre de 1815) fue un noble y militar francés al servicio de su cuñado Napoleón, gran duque de Berg, mariscal de Francia y rey de Nápoles entre 1808 y 1815.

INFANCIA Y ASCENSO
Hijo de un posadero, abandonó sus estudios de teología para alistarse en el ejército tras estallar la Revolución francesa. Formó parte de la guardia constitucional de Luis XVI, en la que iría ascendiendo en la escala de oficiales hasta que en 1798 Napoleón solicitó sus servicios para la Campaña de Egipto, logrando en ella el ascenso a general. Jugó un papel crucial en la segunda batalla de Aboukir, donde pese a haber sido herido consigue capturar al jeque mameluco Mustafá Pachá. Cuando le presentan al prisionero, Murat desenvaina su sable y le corta tres dedos de una mano como castigo por haber ordenado la decapitación de todos los franceses, vivos o muertos, y le advierte que si volvía alguna vez a dar una orden semejante, le cortaría "partes más importantes". Por su valor y grandes servicios Napoleón le informa de sus planes para volver a Francia. Junto a otros generales, abandona Egipto y retorna al continente a bordo de la fragata Muiron. Participó activamente en el Golpe de Estado del 18 de brumario del año VIII de la Revolución francesa (lo que correspondería con el 9 de noviembre de 1799), donde a una orden de Napoleón toma con sus tropas el Palacio de Saint Cloud, sede de la Asamblea. Tras la proclamación del Consulado es nombrado comandante de la Guardia Consular.

Se casó con Carolina, hermana de Napoleón, el 20 de enero de 1800. El 10 de noviembre fue elegido diputado por el departamento de Lot. Consigue un nuevo ascenso cuando Napoleón le nombra Comandante de la Primera División Militar y Gobernador de París en sustitución de Jean-Andoche Junot, Duque de Abrantes, cargo que le permite tener 60.000 hombres bajo su mando directo.

Responsable de la seguridad del gobierno, frustra varios complots contra el Primer Cónsul, pero no logra impedir un atentado contra Napoleón en el año 1800 del que tanto Bonaparte como Josefina salieron ilesos, aunque deja decenas de muertos entre escoltas y transeúntes. Las investigaciones del Ministro de Policía Fouché indican la culpabilidad de los realistas. Cuando meses después se desbarata otra conspiración para acabar con la vida de Napoleón, éste encarga a Murat nombrar la comisión militar que juzga a Luis Antonio Enrique de Borbón, Duque de Enghien, principal sospechoso. Si bien el juicio revistió de todos los aspectos formales, Napoleón ya había decidido de antemano su condena a muerte a pesar de la oposición del propio Murat y la mismísima Josefina.

EL MARISCAL DEL IMPERIO
El 18 de mayo de 1804, tras la proclamación del Imperio, Murat es nombrado Mariscal y Gran almirante del Imperio. Después de estallar la Guerra de la Tercera Coalición, en 1805 Murat lucha en la batalla de Ulm contra los austriacos y luego en Austerlitz contra los rusos. En la Campaña de Prusia tiene un papel crucial en la batalla de Jena, donde liderará una espectacular persecución que destruirá por completo el ejército prusiano y tras la cual envía una nota a Napoleón donde dice: Sire, le combat cesse faut de combattants (Sire, el combate cesa por falta de combatientes). Su valor y su lealtad le hacen merecedor del título de Gran Duque de Berg (Alemania) en 1806.

Mantiene su puesto en el frente europeo siempre al mando de la caballería pesada de Napoleón. Así, en 1807 desata la mayor carga de la Historia durante la batalla de Eylau, dirigiendo entre 10.000 y 12.000 jinetes para evitar que los rusos dividieran en dos a las tropas francesas.

En 1808 entra en España con el rango de comandante del ejército y gobernador de Madrid. En tal carácter, vivió como protagonista el Levantamiento del dos de mayo de 1808, una verdadera revuelta popular antifrancesa que Murat reprimirá a sangre y fuego: Ordenó disparar a la multitud que se congregaba ante el Palacio Real y después envió a las tropas que se encontraban fuera de Madrid para que ocuparan la capital y sofocaran el levantamiento. Dio instrucciones para llevar a cabo un castigo ejemplar durante los días 2 y 3 de mayo, incluyendo numerosos fusilamientos sin ningún tipo de juicio. Finalmente, elaboró un detallado informe que sería enviado a Napoleón, que se encontraba en Bayona reunido con el rey Carlos IV y su hijo Fernando; dicho informe analiza los hechos con tal crudeza que Napoleón les culpa del derramamiento de sangre y exige la abdicación de ambos.

REY DE NÁPOLES
Murat aprovecha la oportunidad para postularse a sí mismo como Rey de España, pero Napoleón prefiere entregar dicho puesto a su hermano José Bonaparte, nombrando a Murat Rey de Nápoles con el nombre de Joaquín I Napoleón el 15 de julio de 1808.1 Durante su reinado trató de introducir en la vida napolitana las costumbres francesas, fomentó las artes y financió numerosas obras públicas para tratar de ganarse el afecto de sus súbditos, que siempre mostraron añoranza por los antiguos reyes de la Casa de Borbón. Menos añoranza mostraron las excavaciones de Pompeya, Herculano y Estabia que vieron promovidas los trabajos con un mecenazgo y una pasión desconocida hasta entonces y que puso en evidencia el desdén y la falta de interés del antiguo rey Borbón por el tema una vez conseguida la notoriedad que le otorgó la publicación del texto "Li Antichità di Ercolano Esposte", 1767, Real Academia, Nápoles..

En 1812 Napoleón le reclama para la Campaña de Rusia, donde dirige la vanguardia en la marcha hacia Moscú. Como siempre, actúa valientemente en pequeñas escaramuzas, y sobre todo en la sangrienta batalla de Borodinó, donde lanza una espectacular carga que logra destruir la artillería rusa. Sin embargo la campaña es un desastre y tras la retirada de Moscú, Napoleón se ve obligado a regresar a París para controlar el Imperio. Antes de su marcha, establece un cuartel de invierno en Vilna y nombra a Murat comandante en jefe de las tropas en su ausencia. Pero Murat se muestra enseguida incapaz de remediar el descontento de sus soldados, que saquean Vilna y los cofres del ejército antes de desbandarse. Temiendo un motín incontrolable, Murat abandona su puesto sin avisar a Napoleón y regresa a Nápoles.

Comienza de inmediato a negociar con Lord Henry Bentinck, embajador inglés, para mantener su Corona temiendo una inevitable derrota de Napoleón. Sin embargo, cuando le llegan noticias de la inesperada victoria del Emperador en la batalla de Lützen, Murat, temiendo enfrentarse a él, deja las negociaciones con los británicos en manos de su esposa Carolina y acude al frente para reconciliarse con su cuñado. Las condiciones de Bonaparte son duras: le exige reincorporarse a su puesto en el Ejército y apoyarle en la Campaña de Alemania, donde Murat acudirá a regañadientes, y que se saldará con una nueva derrota francesa en la batalla de Leipzig.

Vuelve a huir a Nápoles y comienza a negociar con los austriacos, que le mantienen en el trono a cambio de declarar la guerra a Francia. Continúa gobernando de forma segura hasta el retorno de Napoleón, que escapa de su exilio en Elba y proclama su II Imperio o Imperio de los Cien Días. Aterrorizado por creer a Napoleón invencible, traiciona a los austriacos e intenta sublevar a los patriotas italianos. Declara la guerra a Austria, pero es derrotado en la batalla de Tolentino por el barón Vinzenz Ferrerius von Bianchi.

ABDICACIÓN Y MUERTE
Murat huye a Nápoles, pero inmediatamente abdica y consigue escapar a Francia junto a su esposa. Solicita una audiencia especial y es recibido por Napoleón en Las Tullerías. Arrepentido, pide perdón al Emperador y solicita su viejo puesto al frente de la caballería. Sin embargo, un hastiado Napoleón le reprocha sus traiciones y su absurdo ataque a los austriacos, que le había privado de un aliado en el sur. Enfurecido al ver que Napoleón no cede a sus ruegos, toma una pose más orgullosa y advierte: "Sire, no puede permitirse el lujo de despedirme. Me necesita." Este comentario irrita sobremanera a Napoleón, que da por finalizada la entrevista y borra el nombre de Murat de la lista de mariscales, aunque le garantiza el respeto a sus bienes y a su vida como consideración hacia su hermana y sobrinos. Jamás volverían a verse.

Después de la batalla de Waterloo y ulterior caída de Napoleón, Murat y Carolina entienden que no cabe ya esperar clemencia por parte de Luis XVIII o los austriacos. Huye a Córcega, desde donde intenta organizar la reconquista de Nápoles con un plan que imitaba al que utilizó Napoleón tras su fuga de Elba. Desembarcó en Calabria acompañado por treinta fieles, pero la población no sólo no le recibió como un liberador, sino que no hizo nada para evitar su posterior arresto. Fue encerrado en el castillo de Pizzo, donde una comisión sumaria le juzgó, condenó a muerte y ejecutó en una de las salas de la fortaleza, concediéndole como única gracia escribir a su esposa.

Durante el proceso, Murat pidió clemencia y suplicó por su vida, pero una vez tomó consciencia de que nada de lo que dijese podría salvarle, recuperó la compostura. El día de su fusilamiento marchó hacia el lugar de la ejecución vistiendo su uniforme de Mariscal de Francia. No aceptó la silla que le ofrecieron y tampoco consintió que le vendaran los ojos, diciendo: J'ai bravé la mort trop souvent pour la craindre. (He desafiado a la muerte en demasiadas ocasiones como para tenerle miedo). Se mantuvo firme, orgulloso y arrogante, aunque cortés incluso con los soldados del pelotón. Cuando estuvo preparado, besó un cristal de cuarzo anaranjado, que tenía el rostro de su esposa grabado, y exclamó: Sauvez ma face, visez à mon cœur... Feu! (Respetad mi rostro, apuntad al corazón... ¡Fuego!).


Su cuerpo fue enterrado sin pompa alguna en la iglesia de Pizzo, pero su nombre está inscrito junto al de todos los mariscales napoleónicos en el Arco del Triunfo de París.


















Napoleón en la batalla de Wagram

La batalla de Wagram (5 al 6 de julio de 1809) enfrentó a los ejércitos franceses de Napoleón contra el austriaco del Archiduque Carlos en la localidad de Wagram (actualmente en Austria), en el marco de las Guerras Napoleónicas de la Quinta Coalición. El resultado final de este combate fue la retirada austriaca, para volver a enfrentarse a los franceses en Znaim (o Znojmo) los días 10 y 11 de julio de 1809.

La batalla tuvo lugar seis semanas después de la derrota francesa en la batalla de Aspern-Essling, una vez que Napoleón hubo asegurado con refuerzos y fortificaciones la isla de Lobau en el Danubio. En esta ocasión no volvería a cometer el error anterior de lanzarse a cruzar el Danubio con un único puente como enlace entre sus ejércitos y los refuerzos. Se construyó un nuevo puente de pontones para unir Lobau con las islas del norte, en poder del enemigo, y con la ventaja del mal tiempo, la vanguardia francesa se desplazó a sólo unos kilómetros al este de Aspern y Essling. Este movimiento obligó a los austriacos a replegarse a las líneas originales de la batalla principal, entre el poblado de Aderklaa, por el extremo derecho austriaco (directamente al norte de la isla de Lobau)y el poblado de Markgrafneusiedl, por el sector izquierdo (al Nor Este de la isla de Lobau), de acuerdo a los planes previos de batalla del Archiduque Carlos.

En cuestión de horas, Bonaparte dominaba una gran área, que aún podría haber sido mayor de no ser por el contraataque del Archiduque Carlos y sus granaderos, que detuvieron el avance francés. El Archiduque tomó entonces la iniciativa y atacó a la mañana siguiente, la débil posición francesa comprendida entre la línea de Aderklaa y la isla de Lobau, es decir, el flanco izquierdo y la retaguardia francesa. La batalla por el pueblo de Aderklaa fue particularmente muy desgraciada y sangrienta, fundamentalmente para las tropas sajonas del IX Cuerpo de Ejército francés, comandados por el Mariscal Bernadotte. ya que, al usar uniformes blancos, tal como los oponentes austriacos, fueron confundidos con éstos últimos y atacados por los mismos aliados franceses, lo que causó una desbandada masiva de tropas. Un enfurecido Napoleón depuso al mariscal, expulsándole del ejército por esta derrota. La siguiente vez que Napoleón se encontraría con Bernadotte en el campo de batalla sería en calidad de enemigo.

Mientras esto sucedía, más austriacos ponían los vitales puentes hacia Lobau en serio peligro. Una vez más, Napoleón había conducido a sus hombres a una situación muy complicada. Por fortuna para el ejército francés, los refuerzos del Mariscal Masséna y la artillería apostada en grandes baterías dentro de la isla de Lobau detuvieron el avance austriaco, y finalmente la batalla dio un vuelco cuando las fuerzas del Mariscal Davout golpearon sobre el flanco izquierdo austriaco. Respecto de esta zona del campo de batalla, el Archiduque Carlos esperaba el pronto arribo de las tropas de su hermano menor, el Archiduque Juan de Habsburgo-Lorena, quien surgiría desde Pressburgo, al sudeste de campo de batalla, con otros 12.500 hombres más. Sin embargo, esas tropas no llegarían a tiempo para participar en esta batalla.

El ataque decisivo, liderado por el General Macdonald, se desencadenó entonces contra el centro del ejército austriaco, al sur de Aderklaa, con sus tropas formando un pintoresco "gran cuadro" y tras un feroz combate, rompió las extenuadas líneas del Archiduque Carlos, dividiendo a su ejército. Lo anterior, sumado a que el Mariscal Davout sobrepasaba sus tropas del flanco izquierdo y, al saber que su hermano no llegaría a participar en la batalla como se había planificado, a las 14:00 horas aproximadamente, el Archiduque Carlos ordenó la retirada del campo de batalla, sin oposición ni persecución de los agotados franceses.

Debido a su acción, Macdonald ganó por ello el único ascenso a Mariscal de Campo por méritos en combate, a pesar de que lo hizo sobre un mar de cadáveres. Entre muertos y heridos, 50 000 hombres de ambos ejércitos yacían sobre el campo de batalla;

Para las 17:00 horas, el descanso del ejército victorioso en el campo de batalla se vio interrumpido ante el avistamiento de nuevas tropas de caballería austriaca por el pueblo de Ober Siebenburnn, localizado al Este del campo de batalla. La llegada tardía del contingente del Archiduque Juan causó alarma en las agotadas tropas francesas. Sin embargo, solo causó eso, puesto que las tropas austriacas volvieron sobre sus propios pasos al notar que ya no estaban combatiendo.

La retirada del Ejército del Archiduque Carlos se realizó de una manera tan organizada y sistemática que impidió conocer su dirección exacta sino hasta dos días después, lo que desencadenó una nueva persecución del ejército francés, conduciendo a un nuevo y sangriento enfrentamiento entre ambos ejércitos en Znaim o Znojmo, los días 10 y 11 de julio de 1809, lugar en el cual, los representantes de ambos bandos acordaron un armisticio, para luego, firmar la paz definitiva en el Tratado de Schönbrunn, en virtud del cual Austria entregó varios territorios y firmó una alianza con Francia. Un año después se celebró el matrimonio entre la hija del emperador austriaco, María Luisa, y Napoleón I.

Existe gran discusión sobre las bajas del ejército francés. Parece razonable la cifra de 27.500 muertos y heridos y unos 10.000 prisioneros y desaparecidos. Entre las bajas francesas, hay que incluir 40 generales. Asimismo, perdieron 12 águilas y 21 cañones. Los austriacos, por su parte, se estima que sufrieron 23.750 muertos y heridos, 7.000 prisioneros y cerca de 10.000 desaparecidos, muchos de los cuales llegaron más tarde a sus regimientos. Asimismo, perdieron 10 estandartes y 20 cañones.

Es importante destacar que, entre los más asombrados por el despliegue organizacional y la bravura en la pelea demostrada por el ejército austriaco, está el mismo Napoleón quien, ante los comentarios peyorativos de sus oficiales respecto del ejército austriaco, él replicaba en su defensa: "¡señor, cuánto se nota que usted no estuvo en Wagram!"












Napoleon en Egipto ( 6 )




Bueno, pues con estas fotos doy por finalizada esta viñeta de Pegaso Models de Napoleón en Egipto .